Matías Parejo y Luciana Gallardo son una pareja venezolana, de 31 y 32 años respectivamente. Juntos, llevan 5 años casados; ambos son profesionales y no tienen hijos. Hoy decidieron irse del país, o mejor no. ¿Se van? ¿No? ¿Entonces se quedan? ¿Quizás después?

«Siempre quedamos en lo mismo, primero sí, luego no, luego sí, luego no. En eso se nos va la mañana, la tarde y la noche»

–Matías Parejo

«Siempre hablamos de esto, sobre irnos o quedarnos» afirmó Luciana, mientras regaba un helecho con el mismo potecito de arroz chino que usan para bañarse. «Y siempre quedamos en lo mismo, primero sí, luego no, luego sí, luego no. Quizás ahora no es el momento, si nos vamos ahora que me metí en el gimnasio pierdo los reales de la inscripción, y además está la suegra un pelo malita de salud, pero es que la cosa es que sí nos achantamos más después es un rollo comprar pasajes… en fin, no sabemos. En eso se nos va la mañana, la tarde y la noche. Siempre surgen pros y contras como ‘Aquí hay mucho por hacer’, ‘aquí mi mamá cuidaría a los chamos cuando los tengamos’ y ‘Matías, allá tendrás que ser mesonero’. A veces yo soy el que propone irse y ella quedarse o al revés. Pero la conclusión siempre es la misma, una vorágine de indecisiones» aclaró Matías, un ingeniero de la Universidad Simón Bolívar.

Luciana, por su parte, está graduada en diseño de interiores. «Siempre balanceamos el buscar un mejor futuro con abandonar la familia y los recuerdos de Venezuela. Entonces cuando yo me quiero ir, él (Matías) se quiere quedar. Y cuando él dice que en el exterior hay mejor calidad de vida, yo le recuerdo que él ama la Frescolita. Entonces él me dice que aquí nos pueden matar. Así no se puede vivir» aseguró Luciana, quien dijo que podría vivir sin la Frescolita pero que no le quiten el Cocosette porque si no muere.