La octava cumbre del ALBA realizada en la Habana durante el pasado fin de semana -en la que se acordó luchar contra el imperialismo, acusar de todos los males al imperialismo y buscar la manera de seguir vendiéndole nuestras materias primas al imperialismo- fue la primera que evidenció la crisis económica que parece haber tocado finalmente a los países de este grupo de naciones. El cónclave, generalmente realizado en elegantes hoteles en sitios turísticos, esta vez se llevó a cabo a bordo del Albabús, vehículo llevado a la Habana especialmente por la comitiva venezolana.

“Yo traje este autobús porque tiene suficientes asientos para que nos sentemos los izquierdistas de Latinoamérica” exclamó el presidente Chávez al llegar a la Habana. “Sin embargo se me quedaron fríos los puestos de la cocina, allá es donde seguro se sentaría Zelaya… hermano Zelaya, te mandamos un saludo valiente, sigue resistiendo. Algún día volverás. El otro día hablaba con Lula y me dijo que ya estaba pensando cobrarte impuestos y todo, que le tienes toda hedionda la embajada, jeje… ¡Ríanse!” dijo el Presidente ante las risas espontáneas de su comitiva.

Se supo que al término de la reunión, el presidente venezolano dejó el autobús, en calidad de obsequio, a las autoridades de Cuba. “Fidel, ahí te dejo este autobús para que lo uses como tu Air Force One, como tu Camastrón, para que viajes por toda la isla”.