Después de tres meses de haberse conocido formalmente, Julián López, sargento de la Policía Nacional Bolivariana, ha comenzado a sentir la presión por etiquetar el status sentimental de la relación que mantiene con los estudiantes que le toca reprimir.

“Han sido semanas muy duras, de toma y dame. Semanas viéndonos todas las tardes, todos los días, todos los feriados. Esto ya es una relación, mi pana. Lo único que quisiera saber es hacia dónde vamos con todo esto. Ya no quiero ser uno más. A veces les disparo y fallo y veo cómo se burlan de mí con sus amigos, eso es lo que más me duele, su indiferencia. Bueno, eso, y que todavía no sepamos qué es lo que somos: ¿un arrejunte? ¿algo casual? Que alguien me diga” comentó Julián mientras revisaba fotos de un estudiante encapuchado con el visor de su casco antimotín empañado por las lágrimas.

Por su parte, un estudiante que no quiso revelar su identidad para no terminar 6 meses en Yare, comentó “No es que yo no quiera algo serio. Sé que son casi 90 días de protesta y si logramos los objetivos no creo que tenga mas tiempo para él. Llamémoslo un mientras tanto ¿ok?”