Fuerzas Armadas y Chavismo se casan en hermosa ceremonia

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Fuerzas Armadas y Chavismo se casan en hermosa ceremonia

Una fresca noche de noviembre fue el marco ideal para que el país entero pudiera presenciar una ceremonia de ensueño, en la cual unieron sus vidas bajo el sagrado voto del matrimonio el Gobierno Bolivariano y la Fuerza Armada de Venezuela. El evento, llevado a cabo en los amplios salones del Fuerte Tiuna, ya es calificado por la prensa del corazón como «La Boda del Siglo», y figura desde ya como uno de los momentos más románticos en la historia de Venezuela.

Las caras más importantes de la fauna política citadina y continental no quisieron perderse tan magna ocasión, y entraron al recinto bajo los acordes de la obertura Jodido Ma en Caracas #5 de Beethoven, interpretada por Dame pa’ Matala. Fotógrafos de los principales medios y tabloides de farándula de todo el planeta se dieron banquete el acto, la boda más impresionante de la que se tenga registro desde la unión del Príncipe Carlos con Lady Di.

Entre los asistentes resaltaban Evo Morales, quien no pudo parar de llorar durante toda la ceremonia, Daniel Ortega, Rafael Correa y varios dictadores africanos vestidos de caqui. Todos manifestaron su aprobación ante el hermoso cortejo que dio paso a la novia, conformado por la presidenta del TSJ, Luisa Estela Morales, la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, y la presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores.

Pero los murmullos de aprobación se convirtieron en un coro de ohhhhs y ahhhhs apenas hizo su entrada la bellísima novia, la Fuerza Armada que caminó al altar de la mano del general Rangel Silva, quien ni ataviado en un traje Rori pudo opacar a la protagonista de la noche, vestida para la ocasión con un angelical diseño de organza, tul y encaje belga del reconocido diseñador Ángel Sánchez. Esperando en el altar se encontraba, arrobado por la belleza del acto, el Gobierno Bolivariano, flanqueado por sus padres, el mismísimo Hugo Chávez, quien lucía un hermoso liquiliqui verde fosforescente camuflajeado, diseñado por un guajiro pemón proezequielzamorista, y Fidel Castro, que estrenó un monito Adidas especial para la ocasión.

Luego de leer sus votos, el sacerdote preguntó que si alguien se oponía a la unión, debía recoger por lo menos 15 millones de firmas, ratificarlas, convocar a un referéndum, meterle por lo menos 70% de votos en contra y todavía, aún así, era poco probable que alguien pudiera hacer algo, así que bendijo la unión de todas maneras, para beneplácito de los presentes. El momento más emotivo de la velada fue, sin lugar a dudas, el beso entre la pareja, el cual fue discreto pero con lengua y pellizquito disimulado de nalga.

Luego de caminar entre aplausos y risas de los asistentes, bajo una lluvia de arroz de Mercal, la pareja abordó un tanque que los llevó hasta el salón de fiestas de la recepción. Ahí, arropados por la música de la agrupación Tártara, los novios dieron inicio a la celebración con su primer baile, una versión en vals del Himno Nacional mezclada con Pa-Panamericano. Luego del baile, al que se sumaron, entusiastas, los presentes, Fidel Castro pidió momentáneamente el micrófono y en unas breves pero cálidas palabras, de cinco horas, explicó lo emocionado que se sentía con la unión y calificó de “delicada y servil” a las Fuerzas Armadas Nacionales, quienes sonrojadas, dejaron escapar una dulce lágrima.

De inmediato fluyó el escocés de 21 años y finos manjares, como la minilumpia y huevitos de codorniz en salsa rosada, que llenaron de energía a los presentes, permitiéndoles darle rienda suelta a la alegría hasta altas horas de la madrugada. El Presidente Ortega intentó latearse con Lina Ron la cual, para gracia de los presentes, le cortó la cara con una hojilla. Evo Morales pegó dos sillas y se durmió encima. Correa le dio medio maletín lleno de dólares a un mesonero, diciéndole que «habría más» si le traían tequeños toda la noche. Sin embargo, la anécdota de la noche la protagonizó Cristina Kirchner, quien al agarrar el bouquet, soltó una pícara mirada a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, quien tendría que soportar el chalequeo del resto de los presidentes por toda la noche.

Con esta boda, se selló un romance de larga data que mantuvo a todo el pueblo venezolano en vilo, quien siempre había deseado fervientemente una unión fuerte entre el militarismo y el gobierno. Ahora, que finalmente esta unión se consuma ante los ojos de la sociedad, Venezuela podrá tener por seguro que tendrá una mano dura que le enseñe como son las cosas. La única nota discordante fue un pobre indigente que pasaba por la puerta del salón a esa hora, y que al pedir un poco de comida, fue corrido por los Guardias Nacionales encargados de la seguridad, diciendo «sale pa’ allá, pelabola mal bañao». Mientras se alejaba, el recogelatas atinó a decir: «Ojalá esta pareja no tenga hijos nunca, no joda»

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