Héctor Medina, un señor felizmente casado, asistió la mañana de hoy al colegio “Mi Eterna Promesa” para ejercer su derecho al voto sin saber que uno de los miembros de mesa era un culito, razón que lo hizo no querer mostrar su cédula de casado.

Un miembro del Plan República, cuyo nombre prefirió mantener en el anonimato aunque su uniforme lo decía y era “Roberto Méndez”, aseguró: “Mira, en lo que ese pure vio a la chamita, que estaba súper rica por cierto, se puso pálido. Empezó a sudar frío. Miraba pa´ todos lados para ver si había una vecina chismosa por ahí. El viejo se acercó, pero nada que sacaba la cédula por más que la caraja se la pedía. La vaina se puso fea. Hasta que a Héctor no le quedó de otra y le dijo la verdad. Que estaba casado, que tenía dos chamos, pero justo ahí lanzó una perla y le dijo casi llorando ‘me estoy separando, ya no soy feliz. Para mí tú eres la única’ En eso me volteé a ayudar a una vieja en silla de ruedas. Cuando volví a mirar, ya se estaban despidiendo, ¡De piquito y todo, marico! Qué bolas ese bicho” concluyó el militar justo antes de impedir el paso de testigos que querían estar presente en el conteo de actas.